Tela, con el título, verdad?. Fue una propuesta que se fue gestando poco a poco, para que al final, fueran casi 25 niños/niñas, con sus respectivos padres, familiares o tutores.
La verdad es que era una sala de conferencias, y casi me caigo al suelo, al ver el sitio e imaginar lo que me esperaba. Pero me dije: hacerlo mal es el camino fácil, pero hacerlo bien es de valientes. Y aunque al principio de mi presentación, me falló la voz y me trastabillé un poquito, luego fue rodando todo.
Si esto fue posible, es porque nuevamente Haiku, fue el precursora, de que dicho taller se pudiese organizar.
Comentar que, antes de comenzar el taller, advertí a los padres, que por ley, no podía ni debía hacer fotos de los menores, a no ser que fuera de espaldas, o con su consentimiento. Pero, para ir sobreseguros todos, solo haría fotos de los trabajos de sus hijos.
Como veis, tuve unos alumnos super aplicados y todos consiguieron hacer su cajita y su pececito (fue todo en una hora y media, justita, y no me dio tiempo de hacer fotos, de los pececitos Y_Y). Daba una explicación general al principio, pero luego iba parándome por niño/padre en ambas mesas largas, para que todos lo lograsen.
Todos en general, incluso la coordinadora de la biblioteca, quedaron encantados con el taller. Incluso, vinieron dos padres, para preguntarme sobre los árboles de Navidad, que había dejado como muestra, de lo que se podía hacer con papel/cartulina.
En fin, fue una experiencia súper gratificante, remunerada y con un optimismo 100%. Uno de los momentos estelares para mí, de este año 2018.
Mi objetivo, si lees esto, es probar también, en residencias de ancianos, que hay muchos, que las manualidades, les encanta, y comentan, que por mi tono y la serenidad que transmito, tengo un perfil idóneo (profesora del curso, y médico de cabecera de un CAP).
En fin, todo un placer y un honor :D.